domingo, 7 de diciembre de 2008

La sirenita

Estamos ante la que se podría denominar la última genialidad de Ibáñez hasta la fecha. "La sirenita" es un cómic que bien podría estar entre los veinte mejores tebeos de Mortadelo y Filemón, y sorprende porque la década actual está constituida por álbums más bien de nivel pésimo. La Sirenita parece el último grito de un seguido de álbums bastante buenos como "La vuelta" y otros de nivel decente como "Sydney 2000". A raiz de ello el nivel bajaría a cómics normales tirando a malos, aunque la lamentablilidad vendrá a partir de "Misión triumfo" (salvando "el estrellato" y "rapto tremendo"). Pero eso ya es otro tema.
La alegría disparatada, así define la portada el contenido del álbum.

La genialidad de la obra se nutre por varios factores que la hacen especial: por una banda, la historieta fue un guiño que quiso hacer Ibáñez a Dinamarca, un pais en que Mortadelo y Filemón se sigue con una periocidad destacable (aunque es Alemania donde más apasionadamente se sigue, pero bueno). Es por ello que Ibáñez le puso especial esmero a una historieta-regalo a un país extrangero, por lo que el autor se documentó lo suficiente como para hacer interactuar a nuestros agentes por lugares reales de la ciudad como son la estatua de la sirenita de la página 8, las estatuas de las páginas 7 y 13, el edificio de fondo de la primera viñeta de la página 20, el planetario de la 34 y la iglesia de la 35, entre otras. Eso le da un aspecto especial a los objetos que rodean a nuestros agentes e incluso al decorado de fondo, que substitulle los edificios por las casas, o observamos árboles cuando merodean por parques. Estos detalles tan insignificantes ya implica al autor a explicarnos una historia nueva que nos envuelve en un clima inédito que bien agradece un lector que ya se conoce demasiado a la pareja.
Casas con tejado, torres con cúpulas ... ¡Esto no es España!

Otro factor que asegura el éxito es la utilización de un invento del profesor Bacterio que se podría considerar como un pozo de regozijo por la cantidad y múltiples de posibilidades que da: el "vivemetalillus", que viene a ser un remake del elixir de la vida y que da vida a objetos inanimados. Este factor ya promete de antemano vivir momentos hilarantes, y que curiosamente no repite del álbum anterior, como tampoco abusa de él Ibáñez, utilizándolo en contadas ocasiones para no robar protagonismo a la sirenita pero sin dejarlo como algo anecdótico. Lo vemos usar en 6 objetos como: una viga (con un hipotético ojo que no se ve, detalle gracioso), un avión (que al cobrar vida no se le ocurre otra cosa que volar como un pajarraco, doblando y moviendo las alas, cuando en realidad podría volar con su motor y de manera menos ridícula, pero todo ello son detalles para la carcajada), un pajarraco, la sirenita (de ahi se inicia la temática del álbum), un toro y un edificio (en una descacharrada última descarga que lanza rayos a discreción a todo lo que le rodea, destrullendo el invento de marras).
¡Se armó el Belén! ¡Todo descuajeringado! ¡Locura por doquier!

Es gracias a lo anterior comentado lo que aporta un argumento interesante: la historia se inicia con un invento que pronto perderá protagonismo para dárselo al personaje mencionado en la portada. No obstante, el invento vive su momento de gloria de la manera más divertida posible, el cual activan una y otra vez de la manera más estúpida posible, haciendo que los objetos hagan las chaladuras más inversemblantes (como el pájaro que coge a Mortadelo y lo golpea en la estatua de la sirenita dejando a este en porretas mientras que Filemón se pelea con Bacterio haciendo que de nuevo accidentalmente se accione el invento y de vida a la sirenita, un ritmo frenético que da una magia al álbum como en los viejos tiempos).
¿Puede haber viñeta más ridícula? ¿Pero a qué leches vienen estos tíos a Dinamarca? ¿A pegarse y posar en porretas por la ciudad?

Tras este ciclo chiflado del invento viene el ciclo de las persecuciones y confusiones, que se borda a la perfección en el álbum. El puntazo del señor mitad pez mitad hombre (del que no se sabe de dónde sale), los pescadores que confunden la cola de la sirena con un pescado, cuando la sirenita entra sin nada encima en una iglesia, y así un largo número de situaciones y personajes a cuál más inversemblante, que le dan riqueza al álbum. Ese es un factor clave: el uso de gran cantidad de personajes ajenos. Eso hace que no nos cansemos de ver tanto a Mortadelo y Filemón, y también, al ser personajes nuevos, el autor se puede inventar su personalidad sin ser infiel a la manera de actuar de sus personajes consagrados. Podemos contar a gran cantidad de ellos (con diseños de vestuarios bien distintos entre sí) como los pescadores, el cura, la dependienta, el señor con falda y espada, (¿de dónde narices la saca? XD), el charcutero, los ladrones, y muchos más (algunos representados gráficamente con normalidad pero que muestran a gente peculiar de la calle).
¿Cómo puede llegar a ser uno un pez-hombre de esta manera? ¡Están chalupas aquí!

Otro detalle clave es la psicología fiel de los personajes: quizás por el hecho de que salen menos, quizás por autodocumentación del propio autor por hacer que Mortadelo y Filemón tengan la exitosa psicología de tiempos anteriores, sea por el motivo que sea, nuestros agentes actuan como deberían actuar dentro de sus patrones psicológicos: Mortadelo más torpe que Filemón, el cual recibe los porrazos por culpa del primero. Pero, además de ese clásico, encontramos otro de aun más interesante, y que perpetuamos en la mitad del álbum: Filemón siempre le caracteriza el actuar de la manera más común en los agentes secretos, es más metódico, mientras que Mortadelo siempre utiliza métodos más alternativos que propician el disparate. Es por ello que encontramos la guinda cuando Filemón decide devolver a la sirenita en piedra mientras que, por su contra, un Mortadelo enamorado quiere evitarlo a toda costa, desenvolviéndose momentos de cambiazos entre la sirenita y disputas a cuál más bestiaja.
¿Si se la disputan es porque la quieren? ¡Qué locuelo es el amor!

La sirenita se convierte en un personaje entrañable, ya que en su nacimiento se desarrollan páginas en que ella es la protagonista, que se ve envuelta de personajes desconocidos, dejando apartados por un momento las peripecias de nuestros agentes. Luego interactuarán juntos y poco a poco irán desarrollando un lazo afectivo que incluso dará lástima llegar al final de la aventura y ver cómo se separan. Este apego solemos encontrarlo en aventuras en que un personaje actúa mucho con nuestros agentes, como es el caso de Irma en "Terroristas", el profesor de "Los invasores", Panocho en "El tirano", etc. La diferencia es que en los anteriores citados este nuevo personaje formaba el papel de "jefe", un lazo afectivo más próximo a lo laboral que a lo amistoso. Mientras que nuestra sirenita no es jefa de nadie y por ello puede formar amistad con nuestros agentes, y resulta muy bonito cómo poco a poco y casi sin quererlo acaban incluso llendo a tomar algo junto (junto a Rompetechos que hacía de camarero, en un momento en que todavía no era un personaje frecuente, pero que pronto se convertiría en tal).
Momento entrañable: ¡a tomarse una cañas!

Es por ello que se puede tener la siguiente estructura:
1. Invento del Bacterio. (pag:2 a 8 y 13 a 16).
2. Presentación de la sirenita (pag: 9 a 11)
3. Identificación de la sirenita. (pag: 11 a 12 y 18)
4. Persecución de la sirenita (pag: 19 a 23)
5. Disputa entre Mortadelo y Filemón por la sirenita (pag: 24 a 37)
6. Vida de amigos entre los 3 y final (pag: 38 en adelante)

Con esta clasificación explico lo antes mencionado: es en el momento "2" cuando simpatizamos con la sirenita al conocerla; el momento "3" sirve para devolverle el protagonismo a nuestros agentes, que había sido robado por la sirenita; en el momento "4" es cuando la sirenita vive ajeno a nuestros agentes pero con las desventuras de nuestros agentes alrededor; en el "5" es cuando ya la tienen pero se la intercambian, una manera que tendrán de hacerse amigos y conocerse; para que por fin en el "6" tengan su momento de amigos, donde incluso se van a tomar algo. Es por esta estructura que tenemos una historieta tierna y entrañable, fiel al mundo de Mortadelo y Filemón y de gran nivel estructural, con grandes golpes de humor tanto aburdo como clásico. Destaquemos también la agilidad de nuestros agentes, que están activos y no pasivos (ya sabemos que cuando están pasivos las historietas suelen ser aburridas).
¡Uy, qué buen rollete, Mortadelo! ¡glglglglglgl!

Un último detalle a destacar es la metáfora de la sirenita: recordemos que en el cuento la sirenita está encerrada en el mar y desea poder ir a la superficie para pasarlo en grande; en esta aventura podemos entender que la sirenita está encerrada en su cuerpo de piedra y desea vivir la libertad de estar viva. En este caso no es algo buscado sino algo que sucede espontaneamente, pero aun así vemos en todo momento su ingenuidad ante la vida, puesto que no ha tenido tiempo de saber vivir en sociedad (por eso se presenta en bolas a un a iglesia, por ejemplo). Es, por tanto, otro detalle fiel al ritmo genial de la aventura.
¡Ahí, con dos pares de ... narices!

4 comentarios:

Víctor 1988 dijo...

¡Hombre, ya tenía ganas de volver a leerte!

Muy buena la disección del cómic. No creo equivocarme si digo que es una de las pocas historietas que merecen la nota de sobresaliente en los últimos tiempos. A mí me gustó y mucho.

Laure dijo...

Hombre ya vuelvo a ver publicaciones!
Yuhu!

Anónimo dijo...

Entro a diario y me encanta ver cuando hay una actualización. Merece la pena la espera. Un saludo.

Chespiro dijo...

Como te dije con respecto al Señor Todoquisque, creo que este álbum resulta algo sobrevalorado. Tiene carácter excepcional,por todos los elementos que tan bien has diseccionado,pero la pugna entre Mortadelo y Filemón por la Sirenita es demasiao larga y algunos de los gags del álbum son bastante elementales.