domingo, 21 de septiembre de 2008

El antídoto

Si algo caracteriza a unos agentes secretos es la discreción. E infiltrados en el anonimato es como han de desenvolverse en esta aventura Mortadelo y Filemón. Con el mayor de los sigilos han de adentrarse en un país extrangero, un lugar del que no se puede volver con vida, con una vigilancia extrema. Haciéndose pasar por nativos para no levantar sospechas entre los civiles, y escapando cantidad de veces de los guardas que los buscan. Incluso llega un momento en que anuncian su captura, por lo que a raiz de ello ya ni siquiera pueden comunicarse con aldeanos.
Sí, esto viene a ser el "Wanted" de toda la vida.

Todo surge a raiz de una pifia de Bacterio, el cual receta unas pastillas para calmar el dolor de cabeza del Súper y resulta que le acaba convirtiendo su cabeza en el craneo de un tocino. Como que no es nada serio que el superintendente tenga tan ridículo aspecto, deben confeccionar un antídoto que le devuelva a su aspecto habitual, pero les falta un ingrediente: el "hierbajus apestosus repelentus" (uno de los productos más célebres de toda la historia de Mortadelo y Filemón, a pesar de que sólo aparezca en este álbum). Y da la casualidad de que dicho vegetal sólo se cultiva en Bestiolandia, un lugar peligrosísimo para los inmigrantes y para todo aquel que quiera adentrarse a escondidas, ya que se puede entrar pero no salir. Este detalle ya le da una buena dosis de misticismo a la historia, que se reforzará con las geniales intervenciones pertinentes. En cierto modo toma el ambiente de "el sulfato atómico" en este aspecto, con la diferencia que, en este caso, centran más su atención a ello, siendo la peligrosidad de la misión una constante en el álbum. En "El Sulfato atómico" se abordan más detalles (puesto que la poción da mucho de sí), mientras que en esta aventura aspectos como el sigilo, la peligrosidad, el camuflaje, las huídas, la supervivencia, el ampararse de recursos, la lucha en la hostilidad, todo ello se centra en esa característica común, abordada genialmente de distintas maneras y con diferentes elementos para que no se vuelva una tediosa aventura. Es por ello que tal diversidad centrada en un mismo objetivo no sólo hacen que el interés sea constante sino que vuelva la aventura en un éxito rotundo del entretenimiento.
Una aventura de escondidas y disimulos.

Una de las grandes cualidades y grandezas de esta aventura es la importante dosis de continuidad de la que goza. Es un aspecto bastante raro en la obra de Ibáñez, el cual suele organizar episodios autoconclusivos que rondan en una misma idea pero que nada suele unir un momento con otro en la historia, siendo indiferente (en la mayoría de casos) el orden en que sucedan (tal es así que la versión en animación de RBA muchos episodios suceden con un orden diferente al plasmado en el cómic de Ibáñez, como en "Los inventos del profesor Bacterio"). Sin embargo, en esta aventura, aunque puedan alterarse el orden de algun suceso, tiene marcados pasos evolutivos en su transcurso, puesto que la investigación avanza, de tal manera que primero han de cruzar la aduana, luego localizar dónde se cultiva el hierbajus, después descubrir que de hierbajus hay por todas partes y que aquellas plantaciones vigiladas eran sustancias comerciales y especiales, luego han de huir con el hierbajus encima, y luego pasar de nuevo la frontera. Eso hace que el objetivo y las impresiones trascienda de un capítulo a otro, dando una coherencia y una continuidad casi inéditas en el autor. Curiosamente, dicha continuidad también se daban en su aventura precesora "El sulfato atómico", donde el autor captaba la continuidad característica de los tebeos francobelgas (que, para bien o para mal, acabaría abandonando).

Para que la aventura no sea sólo un compendio de persecuciones, Ibáñez hizo provisión de artilugios que iría intercalando a lo largo de la aventura para darle mayor riqueza y variedad. El primero, son los disfraces de Mortadelo, que tienen buen protagonismo, ya que le ayudan a camuflarse. El segundo, es un invento de Bacterio que le da a Filemón, el mimetizador camaleónico, un aparato que transforma a su portador en el objeto más cercano. Viene a ser la alternativa al disfraz, ya que al no ser Filemón un as de ello algo necesitará para disfrazarse, claro.
Este es el plan.

Otro artefacto célebre es la "navaja de mil usos" (aunque por error también se le llama "navaja de cincuenta usos"). Artefacto que a priori parecía que sólo iba a aparecer una vez, pero que Ibáñez decidió al fin usarlo en varias ocasiones en la aventura, aportándole así una magia agradable que alimenta la ya comentada continuidad y variedad de centros de atención en la obra. En ella, Mortadelo saca cualquier cosa para hacerse paso por la aventura.
¡Y qué lo digas!

Destacar la gran frecuencia de animales en la historieta, ya que, al parecer, Bestiolandia es un lugar inmerso en la naturaleza, sin ni siquiera edificios (a saber dónde viven sus civiles, aunque hay muy pocos). Es curioso notar que la cantidad de aldeanos aumenta cuanto más avanza la historieta, como si estuviesen en el centro más que en las afueras, que están más bien llena de vigilacia, siendo esta menor cuanto más cerca se está del centro.
Feroces animales ponen en peligro de gravedad la vida de nuestros agentes ...

Encontramos el uso de estos dos "gadgets" y detalles de la siguiente manera en los episodios:

- MIMETIZADOR: capítulo (veces): 1 (1: martillo), 2 (3: árbol, hoja, piedra), 3 (1: piedrecita), 4 (1: tronco), 5 (1: gusano), 7 (2: avion de papel, ladrillo), 9 (2: pluma, moneda). TOTAL: 11 transformaciones
- NAVAJA: capítulo (veces): 4 (1: hacha), 6 (4 :tijeras, hacha, 2 palas). TOTAL: 5 usos.
- GUARDIAS: capítulo (cantidad): 2 (1: duana), 3 (1: garrotero), 4 (1: en barca), 5 (2: cogotero, helicóptero), 10 (1: escopeta), 11 (1: duanero). TOTAL: 7 guardias.
- CIVILES: capítulo (cantidad): 3 (1 agente Heredia), 6 (1: dueño perro salvaje), 7 (4:patatero, albañil, 2 amigos), 8 (5: recadero, fumador, accidentado, 2 basureros), 9: (3: asfixiado, segurata, bigotudo), 10: (1: pueblerino). TOTAL: 15 civiles
- ANIMALES: capítulo (cantidad): 2 (2: carpintero y cabra), 3 (5: 1 mula, 4 serpientes), 4 (3: cocodrilo, hormigas canívales, pirañas), 5 (3 :oso, gusano, pajarraco), 6 (1: perro salvaje), 7 (1 :rata), 9 (2: 2 zorros) , 11 (2: 2 perros). TOTAL: 19 animales.



Otra característica importante es la gran diferencia de trastadas que recibe Filemón respecto Mortadelo. Es una de las aventuras donde Filemón recibe muchísimo más que Mortadelo. Casi siempre recibe más, pero no suele ser por una diferencia de tortazos tan grande. Mortadelo recibe 11 mientras que Filemón 38:

Mortadelo: 0+1+0+3+0+0+1+3+1+0+2= 11
Filemón: 2+4+5+5+3+2+4+5+3+1+4=38

No se da al abasto para atender las lesiones de Filemón ...

También indicar un detalle muy curioso: y es la aparición de Bacterio sin barba, mostrando su boca desnuda de pelo. Muchas son las veces que Bacterio sufre incidentes en la barba, o que se queda sin, pero no siempre se ve con nitidez su boca al descubierta. Esta es una de las 3 o 4 veces que esto halla ocurrido (ocurre en "la banda de los guiris" y en muy pocas más).
Quizás se tape la boca por esos labios tan serrados ...

Para acabar, destacar algo que hace mágico este tomo: su final. De los más desternillantes, al comprobar que el antídoto no sólo no era necesario, sino que el Súper se olvida de avisarles de que no hacía falta que lo fuesen a buscar, incluso ni se acordaba que tenían que volver, y ni se inmuta por el desliz. Algo magistral que pone la guinda a un álbum sensacional.

¿Quién iba a acordarse de estos dos tíos tan feos?

4 comentarios:

Chespiro dijo...

Una gran aventura de Mortadelo y Filemón. Ciertamente, la continuidad es una de sus características más apreciables.
Para los recuerdos de mi infancia queda la imagen del Bacterio sin barba (era la primera vez que lo veía así).

Manuel Fontoira Lombos dijo...

Hola.

Qué ilusión me ha hecho una entrada sobre "El antídoto", para mi gusto, la obra maestra del cómic. Mortadelo y Filemón me parece el mejor cómic de todos los tiempos, e Ibáñez el número uno del cómic mundial, por delante de Kirby, Hergé, Lee Falk y el resto de los más grandes. Y dentro de los Mortadelos, El antídoto me parece la cumbre. Es una decisión difícil, y a veces tengo dudas porque hay tantos geniales, como Los diamantes de la gran duquesa, Magín el mago, El caso del bacalao, El circo, Operación bomba, y así hasta varias docenas, y también docenas de historias cortas increíblemente geniales. Pero si se me quemara la casa y no me quedara más remedio que salvar un cómic, y tras poner a salvo a la familia, lo siguiente sería El antídoto. Es el cómic más grande de todos los tiempos (por escoger uno).

Tienes razón en lo de la continuidad, le otorga una gracia especial a este album.

También habría que recordar, entre sus numerosos gags geniales, el gag del uso que se le da al hierbajus: la fabricación de "Celtas".

Y quisera mencionar algo que define el universo de Ibáñez, y que resalta en este album más que en otros, y pondré un ejemplo: en las dos primeras tiras de la página 27, el grupo 27A, está el que probablemente sea el gag más genial de todos los que ha creado Ibáñez, y que lo define como genio definitivo del humor y del cómic: el gag en el que Filemón trata de encaramarse a hombros de Mortadelo y se escurre porque resulta que Mortadelo, efectivamente, no tiene hombros. Este gag es genial por dos razones:

1. Todo el mundo tiene hombros, por tanto, si Mortadelo está dibujado sin hombros y resulta que es verdad que no tiene porque Filemón se cae, entonces el universo de Ibáñez es de verdad, y eso convierte a su pequeño universo de monigotes en algo genial, pues es auténtico, por detalles geniales (de metalenguaje) como este. Y esto otorga una autenticidad y redondez a sus comics difícil de encontrar en cualquier otro universo surrealista, caótico y absurdo como el de Ibáñez. Y esto lo convierte en la cumbre del cómic.

2. Se ha dicho mucho que el universo de Ibáñez se basa en el surrealismo, el caos, el absurdo y el slapstick. Pero el universo de Ibáñez es algo más, y también se aprecia en este gag genial y definitivo de la página 27A: ¿alguien, excepto Ibáñez, podría haber visto venir el modo por el que Filemón se iba a dar la trompada al intentar subirse a los "hombros" de Mortadelo? Lo dudo. En cualquier obra humorística basada en el slapstick es relativamente anticipar la previsible conclusión del gag, pero en Mortadelo, no. Lo que ocurre es totalmente imprevisible, y siempre sorprendente. Esta impredecibilidad es una característica importantísima de la obra de Ibáñez, y convierte a su humor en algo más que ocurrente, absurdo, caótico, surrealista, original, etc. Esta absoluta impredecibilidad lo pone a la altura de tipos como Groucho Marx, Luis Sánchez Polak y gente del humor así de especial.

Obra maestra.

LA obra maestra.




Espoc

Oscar+AB dijo...

También comparto que es una historieta excelentísma :)

Sobre lo de los hombros de Mortadelo: de pequeño siempre me preguntaba por qué cuando Mortadelo estaba desnudo se le veían los hombros y en cambio en comics como "El antídoto" o "Pánico en el zoo" Filemón no puede subirse en sus hombros. Tengo la teoría de que sus hombros quedan por dentro de lo que es la cosa esa blanca que le tapa media boca y por eso cuando está vestido de Mortadelo no se le ven los hombros. Ese gag también me sorprendió mucho, se queda uno a cuadros cuando ves que Filemón cae y te dicen que es que Mortadelo no tiene hombros, jeje!

Roberto González dijo...

Posiblemente uno de los mejores, o el mejor, cómic de Mortadelo y Filemón para mi gusto.