El cómic de hoy es uno de los numerosos remakes que se estaban realizando en 1998 y que tan bien le sentó a la serie. Es tal la deria por los remakes que incluso en esta aventura aparece el gag de Mortadelo con pelo que se queda calvo por culpa de Bacterio que tan fantásticamente se explicó en "La historia de Mortadelo y Filemón" (y que con mucha menos gracias se explica aquí). Aunque pueda parecer que hablar de lo mismo sea un planteamiento fracasado, hay que objetar que para nada fue así, porque se pudo reenfocar el tema antiguo de una nueva manera más moderna y actual (puesto que el propio autor evoluciona a lo largo de los años). Es por ello que "El Oscar del moro" es una reversión del clásico "Los inventos del profesor Bacterio", ya que trata de probar inventos (en este caso para presentarlos a un concurso y ganarse unas perras buenas para la organización).
Cuando ya no esperábamos la aparición del Súper, le vemos aparecer al momento para convertir en gag un comentario que creíamos insignificante y sin dosis cómica. "Arduos trabajos" ... la madre que lo ... XD
Uno de los aspectos a destacar es el ritmo frenético de la historieta. Una narración galopante que obliga a todos los personajes revolotear de un lado a otro, incluso realizando movimientos imposibles fruto de la influencia de los artefactos de Bacterio. Es por ello que en una misma página podemos detectar de 2 a 3 gags seguidos (o incluso más) que desarrollan muy sánamente la trama.El cómic se puede vivir en dos momentos: los transcurridos en la oficina y los que suceden en los exteriores. Siempre se introducen las pruebas del invento dentro del edificio para que más adelante vean más factible seguir con los ensayos en el exterior. Este recurso no es nada nuevo, ya que siempre siguen esa tónica en otros tebeos de inventos como "Los espantajomanes", "el huerto siniestro" o "los superpoderes", entre otros. Pero sí se detecta un aire fresco a la hora de desarrollarlos. En los de oficina hay una tendencia a interrelacionar a personajes conocidos de la serie entre sí como son el Súper, Bacterio, Ofelia y se añade en plantilla la mujer del Súper, que deambulará como si la conociésemos de toda la vida. Los gags del edificio son principalmente de malentendidos (sobretodo jugando a la infidelidad del Súper con la Ofelia) y otros trompazos absurdos que conectarán un personaje con otro, llevándose los palos quién no debe, y la mayoría de veces siendo Ofelia la damnificada y la que irá repartiendo leña a aquellos que la molestan involuntariamente.
Después está la parte exterior, donde Mortadelo y Filemón se las ven con personas desconocidas de la calle. Lo bueno en esta ocasión es que en ocasiones suceden cosas insólitas o de las que estamos poco acostumbrados, como presenciar la fuga de un león o ver un helicóptero de tráfico. Incluso veremos a una chica emocionada con los cuentos de hadas que hará pasar un buen momento a Mortadelo. Todo ello, junto a personajes más arquetípicos y clásicos en las secuencias de los agentes (como el típico leñador) harán las delicias de las inventivas de los aparatos que han de probar. Lo bueno es que tampoco te esperas cuándo ni dónde va a salir un tipejo, y eso vuelve atractiva la aventura.
Otro detalle a agradecer para gozar del tebeo es ver cómo se aprovecha al máximo y con todas las posibilidades los inventos que han de utilizar. Ello se agudiza especialmente en el episodio de la pistola pluaaaf o los huevos que convierten al individuo en agua, en que sucede todo lo sucedible y se interrelaciona con total fascinación los elementos para dar situaciones realmente desternillantes. En el de los huevos vemos a dos víctimas unirse (el Super y la Ofelia), ser bebidos, mezclados con un río ... ¿a alguien se le ocurre algo más?
Más aspectos a remarcar es la continuidad, algo que no es muy común en la obra de Ibáñez pero que, cuando se da, se disfruta en cantidad. El ejemplo más destacable es el del león que hacen desaparecer, y que repescan con un gag en que son advertidos de la reaparición de los elementos que hacen desaparecer, y que son avisados jústamente en el lugar en que hacen desaparecer el león (con la sorpresa de ser agredidos por él).
Un detalle muy raro es la aparición de detalles de fondo: sí que es un clásico en historietas de Mortadelo y Filemón la aparición de estos elementos, pero se tenían como elementos llevados a cabo por dibujantes apócrifos, y claro, es de extrañar que en una época por la que se entiende que es 100 % de Ibáñez aparezcan elementos que el autor no solía colocar. En este álbum toman una aparición más anecdótica que otra cosa, no como sucede en "la vuelta" en que dichos elementos están colocados para hacer un gag sobre la temática en cuestión (las bicicletas). No obstante, se puede considerar este recurso como una característica célebre de nuestros agentes, ya que vemos que ello influye en el recuerdo del lector, tal y como vemos en la primera película de Mortadelo y Filemón en que Fresser no escatima en poner elementos de fondos en algunas escenas.
Algo a añadir en la estructura de los episodios es su finalización, generalmente con el intento fallido de apresar a un caco (que hacía mucho que no aparecían, los cacos que se encuentran de casualidad por la calle). Ello se soluciona adheriendo un factor que desconocen los agentes y que hace que el invento no funcione de la manera esperada, como la falta de baterías de la pistola, o la lluvia que repele al "jaboncillus" (adaptación del clásico "platanillus", una historieta corta muy célebre), etc.
Para finalizar hay un necesariamente precipitado final en que van a ver al tan nombrado moro para mostrar un invento, pero se vuelve en un clásico episodio de los de proteger a alguien y producirle daños. El fondo está ambientado en Marruecos, aunque es un detalle mínimo ya que dicho episodio final se lee demasiado rápido por su poco interés.
En definitiva nos encontramos con un tomo muy disfrutable de una de las mejores épocas recientes (aunque no sean comparables con las clásicas de los 70, pero tampoco podemos hablar de que se trate de una mala época la de 1998, aunque por desgracia el nivel descenderá en 1999 y 2000).