jueves, 14 de agosto de 2008

Operación ¡Bomba!

La historieta de hoy trata uno de los aspectos esenciales en la vida de un agente secreto: la desactivación de explosivos. Por todos es sabido que una de las funciones principales de las fuerzas del orden es salvaguardar la seguridad ciudadana y evitar el caos y el miedo entre la población. Es por ello que son muchas las veces que han de combatir contra amenazas terroristas. Un ejemplo real es el caso de E.T.A., que pone bombas y da el aviso, para que las desactiven (o para que les explote en los morros, según se mire). Pero por suerte para el mundo del humor, la realidad que nos muestra Ibáñez es bien distinta (y en el caso de que acabe en tragedia, todo quedará en un susto y en unos cuerpos divertidamente carbonizados). De hecho, podemos comprobar, por ejemplo, que en el juego de Microphanter llamado "Clever&Smart" (paradójicamente, juego en español) una de las acciones del juego es la de desactivar bombas (con una bombilla y otros instrumentos que vas comprando por el juego), además del de apalizar al que las tira.

¡A esto llamo yo un susto de muerte! ¡Buen gag!

Es por ello que la aventura de hoy no puede ser más próxima. Su argumento consiste en acudir a un seguido de lugares amenazados con la detonación de un explosivo escondido. Su misión, pues, es encontrarlo antes de que explote, y desactivarlo a tiempo. A pesar de que el argumento suene simple estamos ante una buena y divertida historieta. Contamos con factores tan determinantes como el excelente dibujo realizado para esta aventura. Es cierto que no todos los episodios gozan de la perfección (el penúltimo episodio en el zoo cuenta con un entintado poco óptimo), pero la mayoría tienen la suerte de un trazo y una línea exquisitas.


Entintado a un único grosor de línea, la lente de las gafas dejan ver la línea de la nariz, las cejas de Filemón casi inexistentes, la pajarita por pintar ... ¡no lloréis!

Ese es uno de los motivos que hacen la aventura todo un gozo, pero eso no es todo: nos encontramos también con un compendio de divertidos gags, en la tónica de siempre de las confusiones y de los trastazos, pero con una complicidad amable, activa y divertida que lo hace todo un espectaculo. Son un surtido de vueltas de tuerca que incluso pueden inducir a cierta sorpresiva, sin que sepas con qué nueva locura nos sorprenderá el autor. Supongo que el propio concepto de "bomba" ya induce al descontrol, a la movilización desesperada por hallar el peligro, al dinamismo, a la locura.

¿Quién imaginaría que pudiese uno ser comido por un dinosaurio disecado?

Otro de los grandes aciertos del álbum es la manera de tratar los sucesos. Y es que nuestros agentes se mantienen mayormente ocultos, de incógnito, interactuando de manera indirecta en los sucesos del lugar, pasando casi siempre inadvertidos (hasta que sus meteduras de pata los delatan, aunque, aun siendo descubiertos, nadie sabe aún qué hacen allí, ni sus intenciones). Vemos cómo intentan adentrarse en los lugares sin que nadie lo sepa, o pasando inadvertidos, muchas de las tragedias que sufren las personas que están en los lugares de los hechos ignoran que las desgracias son ocasionadas por nuestros agentes (algunos incluso acaban chalupas como el señor del episodio de la firma de Ibáñez). Y las pocas veces que los interceptan, o bien lo hacen desde el anonimato (Mortadelo se disfraza de guía del museo arqueológico, por lo que nadie le reconoce como Mortadelo) o bien lo hacen siendo ignorados (como en el teatro, que, a pesar de aparecer por zonas restringuidas y meter la gamba, nadie parece expulsarlos del lugar).

¡Claro! ¡Tú! ¡El nuevo! ¡Que para eso te pagan!

Otro detalle que hace mágico este álbum es la incontrolable cantidad de disfraces a los que se somete Mortadelo. Bien sabemos que una de las gracias del personaje de Mortadelo como personaje es precisamente su maestría de transformarse en cualquier cosa por mediación del disfraz. Instantaneamente, de viñeta a viñeta, puede ser pequeño como un gusano al igual que grande como un elefante. Desconozco si este es el álbum con más cantidad de disfraces por viñeta (puesto que es una ardua labor ponerse a contabilizar todas las historietas), pero sin duda debe ser de las que más goza de ello: Tenemos un total de 70 disfraces (aunque algunos se repitan con ligeros cambios, como el de atleta y el de oveja), de los cuales aparecen en 117 viñetas de las 287 viñetas que ocupa Mortadelo. Eso nos da que el 28'96 % de Mortadelos está disfrazado mientras que el 71'04 % restante lo está sin disfrazar. También observamos que aparecen de media 2'66 Mortadelos disfrazados por cada página del álbum (habiendo 1'6 tipos de disfraces por cada página).

¡Delicada confusión, humilde bípelo!

Seguramente sea por ese motivo que este cómic fue uno en los que más disfraces y personajes se tomaron para la colección que organizó en la década de los 90 las galletas Cuetaras, con una especie de juego a modo de "Stick&Stack", eso es, de tener unos dibujos que se pueden enganchar en una papel con sólo fondo, para que interactues como desees en él (con la diferencia que en esta colección sólo podías engancharlos una vez, por lo que casi era mejor no engancharlos). Se tomaban personajes de tomos muy dispares y de muchas épocas (como el Bacterio del álbum "El ascenso", de la página 22 viñeta 6). En el caso de "Operación ¡bomba!" tomaron un buen puñado, como:

- Mortadelo mecánico, página 5, viñeta 2.
- Mortadelo elegante, página 7, viñeta 1.
- Mortadelo turista, página 9, viñeta 11.
- Mortadelo aborigen, página 13, viñeta 9.
- Mortadelo lagartija, página 19, viñeta 3.
- Mortadelo Gran Saladino, página 21, viñeta 4.
- Mortadelo urraca, página 21, viñeta 7.
- Mortadelo atropellado, página 25, viñeta 12.
- Mortadelo hullendo con Filemón, página 27, viñeta 4.
- Filemón mareado, página 33, viñeta 6.

(Nota: es posible que hallan más, pero no pude hacerme la colección entera).

Hay que añadir, además, que aprovecharon el decorado del episodio 7 de las páginas 27 y 28 en el aeropuerto para hacer una de las páginas a enganchar los personajes.

Esta es la composición aproximada. El decorado gozaba de retoques donde se eliminaban los personajes y los bocadillos, dejando la escena bien vacía para poder enganchar los dibujos.

Por si todo esto fuera poco, la trascendencia de esta aventura tiene un detalle más a incluir: de alguna manera se reafirma la presencia del agente Bestiájez, el cual ya había tenido su momento estelar en "Los inventos del profesor Bacterio" y el cual tuvo apariciones que reafirmaban su existencia como personaje en la serie en "Agencia de información". Pues bien, en "Operación ¡bomba!" tiene una breve pero eficaz actuación, apareciendo constantemente en el primer capítulo, y mostrando al lector que "Bestiajez" no es un agente más inventado sobre la marcha, sino que es ya recurrente en el imaginario de Mortadelo y Filemón. De hecho, RBA culminó su existencia en las animaciones de Mortadelo y Filemón, haciéndole aparecer constantemente substitullendo a otros agentes inventados por Ibáñez (o incluso a desconocidos bestiajos de la calle).

Sísí, tú confíate, que como os venga a buscar para un invento de Bacterio ...


También cabe decir que esta es de las primeras aventuras (por no decir la primera) en que Ibáñez adopta un papel con bastante protagonismo en la historieta, en concreto en un capítulo en que firma ejemplares en un centro comercial. De hecho, es curioso verle con más pelo de lo normal y con una caricatura más detallada. En tomos más modernos veremos que la aparición de Ibáñez es más común, sea como narrador como en "Su vida privada" o "El ordenador ... ¡qué horror!" o como personaje, como en "¡Rapto tremendo!" o "Atenas 2004" (entre otras).

¡Hace 36 años Ibáñez ya tenía colas demoledoras! ¡Menudo genio!

Por último, queda destacar un detalle más bien curioso, y se trata del duelo de boxeo que tendrá Mortadelo contra Joe, "el demoledor", el cual destaca por tener que quitarse las gafas para pelear y quedarse más bien cegato. Veremos cómo este breve combate tendrá una réplica en el álbum "Moscú '80" un poco más desarrollado. Lo mismo que ocurrió en el combate de disfraces en "Concurso Oposición", que tendrá una versión más extensa en "El disfraz, cosa falaz".

No se queje, jefe, peor era Chaplin luchando ...

En definitiva tenemos un álbum completísimo y variado, con un acabado muy bonito, gran variedad de dibujos y situaciones, sopena del tan abierto guión, que como hemos dicho, le viene como anillo al dedo a una serie de agentes especiales.

5 comentarios:

Chespiro dijo...

Buen análisis. Ciertamente, llama la atención la gran variedad de disfraces de este álbum, así como la calidad gráfica de los mismos.
Del mismo modo, en él presenciamos uno de los cameos más justificados de Ibáñez (no el "salir por salir" de los últimos años), que en la época ya empezaba a conocer las colas de firmas que desataba a su paso.

Don Guri dijo...

Uno de mis albumes favoritos, tambien.
Entre Chespiro y tu me estais haciendo repasar toda mi coleccion de Mortadelos (^^)

Bigotito dijo...

Y no te olvides de ese otro comic en el que el tema fundamental sonm tambien las bombas, " Los bomberos".

Víctor 1988 dijo...

Me encanta esa idea de analizar los tebeos. Yo en mi blog tengo intención de hacer algo parecido, pero no analizando, sino opinando sobre ellos. Sigue diseccionando historietas, lo haces genial :D

Laure dijo...

Pasaos por mi blog que tengo un concurso preparado!
http://mortadelo-dela-rapita.blogspot.com
Lo apunto para quien no lo sepa XD